UNO DE LOS ASPECTOS MÁS LLAMATIVOS EN LO QUE SE REFIERE AL SINCRETISMO RELIGIOSO QUE UNE AL CRISTIANISMO CON AN-TIGUAS CREENCIAS AN-CESTRALES DURANTE LOS TIEMPOS MEDIEVALES ES EL RELACIONADO CON EL CULTO MARIANO. La lectura de los textos sagrados del cristianismo nos permite comprender que en un principio el culto a María había tenido una importancia muy secundaria, casi residual, durante los primeros siglos de su existencia. Así siguió siendo hasta los siglos centrales de la Edad Media, cuando de repente, y casi sin una razón aparente, la cristiandad experimentó un repentino fervor hacia el culto a la Madre de Dios. Tal fue la devoción hacia la Virgen que, en algunos lugares y en determinados contextos, su culto llegó a eclipsar al de Jesucristo. ¿Los motivos? No los conocemos. Pero lo cierto es que un buen número de historiadores vinculan el culto mariano con una nueva moda importada desde Oriente y transmitida por la orden de los templarios, aunque otros muchos prefieren apuntar hacia , el hombre más influyente de la cristiandad durante la primera mitad del siglo XII (e igualmente vinculado a los templarios). Pues bien, estos mismos autores (entre los que tenemos que incluir a ) aseguran que Bernardo optó por cristianizar antiguos santuarios paganos en donde la gente humilde seguía venerando antiguas reliquias paganas, como piedras sagradas y un variopinto conjunto de objetos mágicos, por el culto a la Madre de Dios.
EL ENIGMA DE LAS VÍRGENES NEGRAS EN LA EDAD MEDIA
May 01, 2024
8 minutos
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