LA PLANTA
La alcachofa es la flor inmadura, el capullo de una planta cuyo nombre latino es Cynara Scolymus. En realidad el «fruto» que comemos son las hojas engrosadas y carnosas que recubren como en una piña el capítulo floral. Este es una reunión de cientos de pequeñas flores violetas, similares a las de su pariente el cardo silvestre.
En lo alto de los tallos, aisladas, hallamos las alcachofas, que cuando florecen huelen suave y dulcemente: pueden utilizarse para confeccionar hermosos ramos de flores secas. Es una planta hortícola muy común, tan bella que en muchos países se la considera como parte del jardín; es originaria del Mediterráneo: los egipcios ya la reproducían en sus pinturas.
Muy sensible. La alcachofa es muy sensible al frío y a la humedad. Soporta mal las temperaturas inferiores a cinco grados y todavía peor el agua estancada en el terreno. Ama los suelos profundos y de buen drenaje, con abundante humus, arcillosos y calizos a la vez. Admite bien los abonos descompuestos y le gustan los purines de estiércoles frescos.
En horticultura se suele reproducir a partir de tallos que se plantan en el suelo, sacan raíces y vuelven a desarrollar una nueva planta. No conviene dejar las alcachofas más de cuatro años en el mismo sitio, ya que agotan mucho el terreno.
Los tratamientos fitosanitarios a que se somete a la alcachofa en