Qué placer oculto, personal y hasta irracional conduce a Q una persona a acumular, acumular y seguir acumulando inútiles estampillas de correo o pedazos de metal pasados de moda, que alguna vez fueron monedas corrientes? Esfuerzos y tiempo de dedicación para agrandar una colección que llega a ser orgullo personal, sobre todo cuando alguien nos pide que se la mostremos. Sin ser tan complicados, recordemos nuestra niñez y el celoso cuidado que dábamos a nuestra importante colección de “figuritas”.
La guarda es un placer personal, concretado o no, que experimentan la mayoría de los buenos amantes del vino. Nuestra propia bodega!!! El pecho ancho cada vez que recibimos invitados y “accedemos” a mostrarla. Ahora la pregunta es: sólo corresponde este placer al mismo que siente un coleccionista de sellos postales o de monedas antiguas. Es el único motivo que nos impulsa, el hecho de tener nuestra propia “colección” y mostrarla con orgullo a los demás. La respuesta definitivamente es NO. En la guarda de vinos hay factores muchos más importantes y más placenteros implícitos.
Entendiendo el por qué de la guarda
Para entender el por qué de la guarda o añejamiento es necesario descubrir las diferencias entre un vino joven y un vino quesabido vivir en el tiempo. Si hacemos una analogía con seres humanos, el primero nos seduce por ser franco, espontáneo, fuerte, impetuoso e incluso agresivo en algunos aspectos. Muy atractivo, pero poco profundo.