a puerta metálica lo deja bien claro: este es el acceso a un garaje. Pues no. Tras ella aparece un patio a modo de preludio de un pantagruélico estudio de fotografía. Un altavoz Marshall despide decibelios de reguetón. Martilleante. Descarado. ¡Pumba, pumba! La portada del vinilo de Madonna y una enorme instantánea iluminada de una vertiginosa calle de Tokio nos miran. Dos sofás avejentados, curtidos en el noble arte de repantigarse, nos sirven de observatorio privilegiado de la sesión. Amparo me cuenta cosas. Que igual van en coche rumbo a París para realizar turismo. Que su hija estudia segundo de bachillerato y que si la prueba de la EBAU tiene que dejarla para más adelante, pues nada... Ella es la madre de Ana Carvajal, la jovencísima protagonista de todo este montaje que sucede un sábado de marzo por la mañana: con 17 años es olímpica. Obtendrá la mayoría de edad el es tomar contacto con el agua tras lanzarse de una altura de 10 metros, ese justo momento en que una saltadora de trampolín sabe, y siente, que lo ha realizado bien... o la ha pifiado. Ana es espigada, pelo negro, de facciones cortadas con un escalpelo, mandíbulas, pómulos y nariz perfilados, rotundos. Seria. Tímida, ensimismada, es la primera vez que se somete a una producción de moda. Su medio natural es el agua, la competición, el trampolín. Ahí sí que reluce su naturalidad, como sucedió en el Campeonato Mundial de Natación de 2023 del pasado julio, celebrado en Fukuoka, cuando obtuvo el billete a los Juegos Olímpicos de París 2024. «Los saltos no me estaban saliendo bien porque acababa de entrenarlos, me encontraba inestable. Fui a Fukuoka por el sincro, porque no tengo los cinco saltos de individual, sólo cuatro más uno que es más fácil. El sincro me salió bien y en el individual... no sé, no estaba nerviosa, no me agobié y me salió mejor. Si me pongo a pensarlo, nada más saltar sabía que estaba clasificada para las Olimpiadas, pero fue inesperado. Al terminar el último vinieron todos mis compañeros a decirme: “¿Tú sabes lo que has hecho?” Fue impactante». Resultado: una chica de 17 años que vive en la localidad madrileña de Villanueva de la Cañada con sus padres y su hermana (dos años menor) participará en las Olimpiadas de París 2024.
SALTO A LA GLORIA
Apr 18, 2024
5 minutos
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