OLA, GISELA
Todo empezó como un reto. Casi diría como un juego de niños, pero no puedo... Gisela Pulido (Barcelona, 1994) sólo ha sido porque es así como se llama a la gente hasta la adolescencia. Pura semántica. Ella es una campeona, sin edad, sin fronteras, desde que, literalmente, levantaba un palmo del suelo. A los 9 años, ante su insistencia y su amor por ese deporte tan nuevo que empezaba a ver en las playas de Tarifa, su ciudad de acogida, su padre la dejó participar en el Campeonato de Europa en Francia y le dijo: «Si subes al podio, iremos a la siguiente prueba». Nunca se bajó de él. Cita tras cita, sede tras sede, llegó a ganar su primer mundial de a los 10. No hubo quien la parase entonces -ni siquierani un día en su vida. Es la superación y la competitividad en algo más de un metro sesenta y cinco de persona. Porque le gusta: «Siempre me he guiado por la exigencia, busco hacerlo mejor que nadie, también mejor que yo misma». En su muñeca, la última edición limitada del TAG Heuer le recuerda que el tiempo es oro, el mismo oro para el que se prepara ahora con el objetivo puesto en París 2024. Después de diez campeonatos del mundo ganados y muchos más superados, alcanzará su sueño de ir a unos Juegos Olímpicos. Sí, al fin habrá llegado la hora de jugar.
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