En 1982 aparecía en las librerías un nuevo título de Erich Von Däniken: La estrategia de los dioses (Strategie Der Götter). Su lectura, secuela de la estela de libros inaugurados con el clásico Recuerdos del Futuro (1968), pretendía ahondar en la presencia de “antiguos astronautas” en un pasado remoto. Si en anteriores ensayos, el escritor suizo había señalado el desierto peruano de las Líneas de Nazca (MÁS ALLÁ, 364) como el lugar donde, por primera vez, aterrizaron naves procedentes del espacio exterior, en esta ocasión, era un yacimiento de Colombia el enclave que habría servido de primera base estratégica para los “dioses”.
VIAJE A “LA PATRIA DE LOS DIOSES”
A comienzos de 1981, Däniken leía un reportaje de dos páginas publicado en Der Spiegel, el semanario de mayor difusión en Alemania, titulado Cultura india en la selva (4 de enero de 1981), que mencionaba el hallazgo, en mitad de la selva colombiana, de Ciudad Perdida. La Ciudad Perdida (también conocida como Teyuna), que había comenzado a ser descubierta cinco años atrás, estuvo habitada desde el año 700 hasta el 1650, fecha en la que fue abandonada por sus habitantes: los tayrona. Unas declaraciones del arqueólogo Álvaro Soto Holguin llaman la atención de Däniken: la casa principal del centro de los poblados que integran Ciudad Perdida está alineada con la luz que penetra en los solsticios de verano e invierno, lo que sugiere que “sus habitantes, conocían mejor que nosotros las relaciones con el espacio”.
“¿Los miembros de una civilización indígena desaparecida –se pregunta Däniken– iban a saber acerca de las relaciones con el Universo más que nosotros, los sagaces hijos de las postrimerías del segundo milenio?”. Si en Colombia –pensó Däniken– había existido un pueblo primitivo que había alcanzado conocimientos de Astronomía superiores a los de finales del siglo XX, eso podía significar una prueba que confirmase las teorías que había defendido en anteriores libros, como Recuerdos del Futuro: que en el pasado habíamos sido visitado por astronautas procedentes del espacio exterior…
Infructuosamente, Däniken trató de ponerse en, quien le proporcionó la primera pista si quería descubrir la mejor evidencia de la presencia de los Ancient Aliens en Colombia: el yacimiento de San Agustín, situado a poco más de quinientos kilómetros al sur de Bogotá.