La figura de Hércules (nombre romanizado del griego Heracles) unas veces se nos presenta como héroe salvador y otras como guerrero tirano. De hecho, Hércules llegó a ser considerado un nombre común con el que eran denominados muchos héroes de la antigüedad. Marco Terencio Varrón (116 a.C.–26 a.C.) registró hasta cuarenta y tres Hércules que identificarían a guerreros que, por sus actos, habrían adquirido el honor de ostentar el apelativo de Hércules.
Diodoro de Sicilia (siglo I) también hizo referencia a varios Hércules. Aparte del Hércules más generalizado, el hijo de Júpiter y Alcmena, menciona otros Hércules: uno egipcio, que considera el más antiguo, y otro cretense, siendo considerado uno de los Dáctilos (raza de hombres fálicos) que habitaron el monte Ida. Mientras que el político y filósofo Marco Tulio Cicerón (106 a.C.–43 a.C.) recogió hasta seis Hércules. El primero de ellos es el que luchó contra Apolo. Coincidió en el segundo y tercero con Diodoro, haciendo mención al egipcio y al que fuera Dáctilo de Ida, respectivamente. El cuarto era el Hércules fenicio, que también era hijo de Júpiter, pero cuya madre era Asteria. Existía un quinto Hércules, al que denominaba Bello. Y, por último, citó al más célebre Hércules de la mitología griega.
Más reciente es la crónica que leemos en la “Estoria de España” (1289), mandada componer por (1221-1284), nos habla de los tres Hércules que hubo en el mundo y por qué se pusieron este nombre. Del primero dice que era de tiempos de y que, aunque hizo grandes hechos, no fueron recogidos por la historia. El segundo, gran sabio y natural de una ciudad que dijeron Fenis, también apodado (que podrá identificar al “Hércules fenicio”). Mientras que el tercero era el Hércules griego. Aunque en la se menciona que los tres Hércules eran de origen griego. Esta atribución era explicada por el mismo Diodoro al describir cómo los griegos se apropiaron de los héroes y