Ubicado en la localidad de Matanzas, en Navidad, Chile, este proyecto residencial saca el mayor provecho a su terreno en pendiente, con el fin de ofrecer a sus habitantes un hogar lleno de experiencias cotidianas innovadoras y nuevas perspectivas. Diseñada por la firma de arquitecturael norte y formando un patio protegido por tres de los volúmenes desarrollados. En relación a su materialidad, cada una de las partes del edificio se posicionan sobre zócalos de hormigón y cuentan con estructuras de madera laminada mecanizada. Uno de los elementos más llamativos de este programa es su cubierta, ya que es a través de sus curvaturas estratégicas que se pueden filtrar las luces y las sombras que entran y se forman a lo largo del mismo. Este factor permite a los habitantes disfrutar de nuevas enmarcaciones del paisaje y, a la vivienda, presentar una estética en la que predomina el juego constante entre opuestos: donde lo preexistente se encuentra con lo nuevo, las luces se descubren con las sombras, lo enterrado con lo descubierto y lo plano con lo curvo. Es importante mencionar la inclusión de los principios de Passivhaus para optimizar la eficiencia energética. Con radieres aislados con XPS de 200 mm, aislamiento de celulosa en pisos ventilados de 150 mm, muros de 100 mm y techos de 150 mm. Además de la instalación de ventanas con ruptura de puentes térmicos, sin infiltraciones de aire y una lámina altamente transpirable, monolítica y resistente a los rayos UV para la construcción de la fachada. De esta manera, el trabajo realizado recientemente por el equipo de Angela Delorenzo, Cristóbal Valenzuela, y Javier Lorenzo, se sitúa como una alternativa sustentable dentro del escenario arquitectónico chileno, ofreciendo a la misma vez, experiencias enriquecedoras a las personas que lo habitan.
