Es 13 de mayo de 1935. En una carretera rural de Dorset, un motorista que intentaba esquivar a dos ciclistas pierde el control de su Brough Superior y choca contra un árbol. Fallecerá seis días después, con solo 46 años. Se llamaba Thomas Edward Lawrence. El nombre con el que ha pasado a la historia, Lawrence de Arabia, aún es capaz de evocar un rostro de profundos ojos azules —quizá el del actor Peter O’Toole, antes que el suyo—enmarcado por un turbante. Así lo retrataría el escritor norteamericano Lowell Jackson Thomas en With Lawrence in Arabia, obra publicada en 1924, que inspiraría el épico largometraje de David Lean. Tanto Jackson como Lean omiten sin embargo el camino que había conducido al enigmático inglés a liderar la revuelta árabe contra el Imperio otomano, su trabajo como arqueólogo.
UN TERRIBLE ESTIGMA SOCIAL
Lawrence había nacido en Tremadoc, pequeña localidad costera del norte de Gales, en 1888. Su lugar de nacimiento fue puramente circunstancial, uno de tantos traslados de domicilio de una familia que intentaba pasar desapercibida. Era hijo ilegítimo, un terrible estigma social en la Inglaterra victoriana. Su padre, Thomas Robert Chapman, aristócrata anglo-irlandés, había abandonado a su mujer y a sus cuatro hijas para unirse a Sarah Junner, la institutriz