Cuando el científico francés Joseph Nicéphore Niépce dedicó tantos años de su vida para presentar la primera fotografía de la historia, en 1827, probablemente jamás imaginó que su invento se convertiría hoy en la adicción de miles de personas, muchos de ellos, ya considerados «zombies» por dejar de vivir la realidad al preferir capturar un momento con un aparato digital.
Como todos hemos sido testigos, esta afición, comúnmente famosa en artistas, filósofos y profesionales, fue proliferando cada vez más en el público general con la llegada de las cámaras digitales, siendo su inclusión con los teléfonos móviles, el gran hito que convertiría a adicto.