Siempre arregladas y bien peinadas. No hay más que echar un vistazo al álbum de fotos familiar para comprobarlo. Destilando glamour con lo justo y aún en días de diario, las abuelas tenían todo el mérito del mundo si nos paramos a pensar que contaban con muchos (muchísimos) menos productos de belleza de los que hoy disponemos. Tanto, que algunos ni siquiera existían entonces. De una generación a otra, algunos de sus trucos han llegado a hacerse virales hoy. Un auténtico pliegue en la línea del paso del tiempo beauty. Hoy sabemos más cosas (no en vano la cosmética está cada vez más ligada a la ciencia) y quizá descartemos algunos de sus trucos. Pero, sorprendentemente, la mayoría siguen valiendo. ¿Aún no los has probado?
Agua fría para el rostro
Agua bien fresquita de buena mañana para despertarse y sentir el rostro activo. Si de niñas nos parecía algo cercano a la tortura y una manía de abuela, tenemos que rendirnos a la realidad. Lavarse el rostro con agua fría tiene varias ventajas: puede reducir la irritación y la inflamación de la piel, y es de ayuda en casos de acné y rojeces. Así lo explica Clara Lacasta,