n un momento donde es más necesario que nunca tejer redes de convivencia y afectos, hablamos con Monste Mora, directora de RR. HH. de Clariane España, la empresa líder en asistencia y atención social, sanitaria y hospitalaria para personas en situación de vulnerabilidad. Clariane se convirtió en 2023 en una empresa que Una de las claves es que las empresas que forman el grupo siempre han sido empresas especializadas en su campo de actuación y nunca multisectoriales. Otra, que atendemos la vulnerabilidad desde las primeras etapas de la vida hasta las edades más avanzadas, promoviendo la autonomía y el bienestar. Y, por último, contamos con un equipo de profesionales cualificado y comprometido, que es el gran valor que tiene Clariane. La línea que separa a una persona de la exclusión o la situación de vulnerabilidad es muy delgada. Varios sucesos complejos y traumáticos y en un corto periodo de tiempo pueden hacernos perder nuestras redes y quedarnos en situación de calle. Nuestro objetivo es cubrir las prestaciones básicas como alojamiento, comida, cuidados y apoyos adaptados, poniendo al servicio de las Administraciones Públicas nuestro conocimiento y experiencia. Mi trabajo se basa en los tres valores que tenemos en Clariane: confianza, creando vínculos desde el equipo de dirección; responsabilidad hacia nuestros colaboradores, e iniciativa, generando una cultura común que respete la diversidad y creando sinergias entre los profesionales que conforman nuestra empresa. Los cuidados nos sostienen y nos hacen formar parte de la sociedad. Son un elemento básico que lucha contra la soledad, el individualismo y la exclusión. Además somos seres sociales que funcionamos con la interrelación y la comunicación con otros individuos como base para la convivencia. Es cierto que hay un rol de cuidadora que históricamente se ha asociado a la mujer. Son profesiones que se caracterizan por tener colectivos femeninos, pero poco a poco esta tendencia también va cambiando. La salud mental convive con nosotros en nuestro día a día. Es necesario aprender a expresar nuestras emociones, pero, sobre todo, es imprescindible pedir ayuda sin que haya estigmas ni miedos.
