En unos segundos los comentarios comienzan a acumularse. Es viernes por la tarde y la última separación de celebridades acaba de llegar a nuestros feeds de Instagram. El anuncio provoca un efecto dominó: los periodistas de entretenimiento cancelan sus planes para cenar y comienzan a escribir furiosamente sus historias. Los publicistas de las estrellas observan con atención la reacción –hay ciertos detalles que en verdad no quieren que salgan a la luz (y algunos que sin duda desean)–. ¿En cuanto a la celeb de la que todo el mundo habla? Está de gira. Abrazando a su nuevo amor. La separación ocurrió hace unos meses. Pero hasta después de múltiples reuniones y reescrituras de las declaraciones lo sabemos. Bienvenida al salvaje mundo de las rupturas amorosas de nuestras celebridades.
He trabajado como periodista cubriendo la vida de las celebridades durante más de una década y ni siquiera yo puedo seguir el ritmo de las rupturas en el mundo del espectáculo, menos el de este último año. Taylor Swift y Joe Alwyn. Sophie Turner y Joe Jonas. Jodie Turner-Smith y Joshua Jackson. Ricky Martin y Jwan Yosef. Britney Spears y Sam Asghari. Hasta Jada Pinkett Smith hace poco reveló que, si bien no se han divorciado legalmente, ella y Will Smith han estado separados desde 2016. Y para el momento en que leas esto, con toda probabilidad habrá más que agregar a la lista. Algo está pasando en este mundo, pero no solo son los abogados de estos famosos los que trabajan horas extras en sus divorcios. Hay una gran cantidad de publicistas y equipos dedicados a la gestión de las crisis que se apresuran detrás de escenas para tratar de hacer que estas separaciones