¡HASTA PRONTO!
“¡Quiero vivir!”, externó per-sistentemente Rosita Pelayo desde que, en junio pasado, le diagnosticaron cáncer de colon, pade-cimiento del cual fue operada a finales de agosto. Éste y otros padecimientos digestivos, de artritis reumatoide y ti-roides, mermaron su salud desde hace más de dos décadas, pese a lo cual y a las limitaciones físicas y económicas para tratarse, nunca perdió el buen sentido del humor que la caracterizó. Aunque en 2019, luego de ser some-tida a una cirugía de columna, alertó: “Estoy muy triste y angustiada por-que, además de no poder moverme, no tengo mucho dinero. No sé cuánto tiempo puedade la CDMX el pasado 16 de diciembre, tres días antes de cumpir 65 años. Una hemorragia acompañada de severa deshidratación, ocasionadas por la quimioterapia a la que debió someterse, la obligó a ser internada de emergencia el día 13; entonces se descubrió que el mal ya había hecho metástasis en el estómago. “Nunca le tuvo miedo a la muerte; sólo decía; ‘Tengo miedo a cómo morirme’. El lunes anterior todavía hizo bromas”, comentó Jorge Zamitis, su compañero en el programa Pelayito y en la boca, en el que la artista de trabajó al final de sus días postrada en silla de ruedas. lamenta la muerte de Rosita Pelayo quien, al ser hija única y no haber tenido hijos, desató admiración al conocerse a quién dejó su patrimonio.