Sin embargo, a los problemas por encontrar un punto de partida claro debemos sumar lo fino que es posible hilar etimológicamente hablando. Cuando hablamos de la coctelería hablamos del “arte de preparar cócteles”, y cuando hablamos de un cóctel, nos estaríamos refiriendo a una “bebida compuesta de una mezcla de licores a la que se añaden por lo común otros ingredientes”. Pero en estas definiciones no está la verdad absoluta, y es que si nos ponemos puristas y escuchamos a parte de los profesionales de este apasionante mundo, descubriremos que hay mucho más.
Coctel: un mix de historias inagotables
Quién hubiera imaginado que, para contar un relato sobre la historia del coctel, el mapa nos llevaría a la lejana India pero del siglo XVII y a su tradicional ponche. Dicen que el ponche indio es el tatarabuelo de los cocteles que tanto disfrutamos. Se requería de cinco ingredientes originales, arrak —un aguardiante de vino de palma —, azúcar, limón, agua y especias. Todo se mezclaba y servía en un gran recipiente o bowl. Para finales del XVII, el ponche ya era famoso en Gran Bretaña y a lo largo y ancho de la Commonwealth; con el tiempo, este placer se extendería por el mundo hasta convertirse en parte esencial de las celebraciones.
❖ En la popularización de la coctelería, Estados Unidos jugó un envió una carta al editor en la que preguntaba, con tono humorístico un tanto inquisitivo, qué era aquella especie de refresco del que nunca antes había escuchado hablar.