El 11 de agosto de 1897, un ya maduro catedrático de Arqueología de la Universidad de Burdeos llegaba a Elche, oficialmente para asistir a la representación del Misteri. Ese mismo día, pudo admirar un busto femenino de extraña belleza, aparecido pocos días antes en la finca de La Alcudia. Deslumbrado por la escultura, se apresura a enviar una fotografía a Léon Heuzey, conservador del Departamento de Antigüedades Orientales del Louvre, quien reúne la cuantiosa suma de 4000 francos que ofrecería a su propietario. El trato se cierra rápidamente, sellando el destino tanto de la Dama de Elche como el de su comprador, Pierre Paris.
MISIÓN ARQUEOLÓGICA
Poco hacía presagiar la formación como helenista de Pierre Paris que algún día llegaría a interesarse por la península ibérica. Nacido en 1859 en Rodez, hijo de un profesor de liceo, se gradúa en la Escuela Normal Superior de París antes de formarse como arqueólogo en la Escuela Francesa de Atenas. Entre 1882 y 1885 excavó