acob Vilató (Barcelona, 1979) se hizo a sí mismo entre latas de óleo y lienzos en blanco en medio de reminiscencias y herencias de una tradición familiar nada lejana. Su abuela paterna, María Dolores Ruiz Picasso, fue hermana del pintor precursor del cubismo, Pablo Picasso. Su padre, aunque era neurocirujano, fue quien abrió aquellos primeros óleos en casa. Yo creo que siempre ha estado ahí. Cuando eres pequeño te dan un papel y es lo primero que haces. Estás en la mesa y tienes la suerte de que son de esas La arquitectura es mucho más controlable, hay una parte intuitiva pero trabajas sobre lo racional y hay unos resultados que puedes medir. La creación de ese mundo previo al mundo físico es muy atractivo. A mí me interesaba más el primero, porque tienes que imaginar qué va a pasar, esa ilusión me acababa interesando mucho más que la arquitectura en sí. Después ya cada uno pone su historia y al final estás trabajando en la historia de otro y eso es excitante. Al mismo tiempo me di cuenta de que mi práctica profesional se estaba dirigiendo más al negocio que a la propia arquitectura, convirtiéndose todo en algo más superficial, y me vi jugando a ese juego del dinero durante cinco o diez años, pero no quieres toda tu vida así. Cuando le dedicaba una hora al día a la pintura sí me llenaba. Yo creo que sí. Quizás lo siento de una manera egoísta porque en la comunicación se supone que hay dos partes que hablan; y mi parte yo ya la he dejado ir al realizar el cuadro. Es verdad que la pintura no le llega a todo el mundo. A veces es en un momento íntimo, no siempre estás abierto; pero se te va acercando gente que te das cuenta de que ha conectado y que ha sentido lo mismo que estás sintiendo tú. Pero a veces llegan otras personas que sienten algo completamente diferente y ese sentimiento es más fuerte y más interesante que el que tú tenías en mente y eso te alimenta. Eso sí es para mí una comunicación real: das algo y te devuelven algo. Intento que sea muy colorido, muy simple, muy directo. Que te hable. Alguna vez han dicho que son cuadros que tienen alma y eso es algo que me encanta. Y para alguien que es ciego le diría que más que nada son personas que te hablan directamente; en cierto modo desnudos en un sentido de honestidad. Siem- pre intento que el cuadro ‘sobreviva’ más de un día, más de un mes; que con el paso de las semanas puedas ver las sutilidades. Al final uno viene de donde viene. La fama es algo de lo que yo intento alejarme, pero es verdad que son mis enseñanzas familiares. He aprendido a entender la pintura y aunque intento evitar parecidos sí que es una referencia muy importante para mí. No es en plan, 'A ver cómo dibujaba él…', sino que va más por el lado de la filosofía, de cómo es la pintura. En un sentido más humilde, un poco esnob; directo, conciso, sin demasiada interpretación previa. Hay hasta contradicción. Pero estoy muy orgulloso y agradecido de haber podido hacer algo así pero al mismo tiempo hay lo que me empuja hacia otro lado. Sí, viene todo por el lado de mi padre. Estaba Picasso, que era el hermano de mi abuela, y mi bisabuelo, que era profesor de pintura. Dibujaba muchas palomas. Mi padre era neurocirujano, pintaba de manera más privada, aunque se dedicó más a la fotografía. La pintura ha estado siempre muy presente en mi vida. Es una de esas cosas que se quedan en los recuerdos de la infancia: el olor al óleo y otras sensaciones que se convierten en casa. Yo creo que sí. Soy muy básico. Cuando comienzas a ser consciente de ti mismo y comienzas a mirar y a escoger esos pilares que vas a utilizar después y que por mucho que cambies seguirán ahí. Yo diría que para mí esa primera edad adulta fue un periodo muy potente, cuando me expuse a otro tipo de vanguardias. Pero todo lo infantil queda.
"TODO LO INFANTIL QUEDA"
Dec 22, 2023
3 minutos
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