PARÍS.- “Occidente mantiene con ahínco su apoyo a Ucrania en una guerra que se estanca, sin lograr el apoyo del resto del mundo. Esa brecha, The West vs. The Rest, no nació con este conflicto pero se va ampliando y agudizando con él y sobre todo con las reacciones divergentes que desencadena desde su estallido”, escribe Pascal Boniface en el prólogo del balance anual de la situación geopolítica mundial que publicó el Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS, por sus siglas en francés) a principios de septiembre.
El título de ese denso informe de 365 páginas–Año Estratégico 2024 ¿Hacia nuevos equilibrios internacionales?–es una pregunta retórica que en realidad subraya los profundos cambios que sacuden al planeta, en especial desde el inicio del conflicto ruso-ucraniano.
Fundador y director del IRIS, influyente think tank francés clasificado entre los 30 centros de investigación y reflexión política más destacados a nivel internacional. Boniface apunta:
“La guerra acelera la fragmentación de la economía mundial alrededor de la rivalidad sino-estadunidense, exacerba en todas partes el reto a la hegemonía de Estados Unidos y cristaliza con particular fuerza en Asia el cuestionamiento del orden occidental”.
Advierte sin embargo: “No se puede comparar la creciente oposición entre y con el antagonismo Este-Oeste que prevaleció durante la Guerra Fría. El Sur Global no constituye un bloque aun si sus fronteras corresponden más o menos a las del antaño llamado Tercer Mundo. El Sur Global es heterogéneo económica y políticamente. Contrario a lo que pretende , no asistimos a una oposición entre democracias occidentales por un lado y dictaduras”.