Sport Fórmula 1
TODO COMENZÓ ASÍ: el amplio ventanal de la casa de Virginia Hill, en Beverly Hills (Los Ángeles) estalló en mil pedazos. La primera bala destruyó una estatuilla de Baco, símbolo del exceso, pero Alexander “Bugsy” Siegel no tuvo ni tiempo de esquivar la segunda, que estalló en su cerebro y ni sintió las restantes a sus pulmones. El ejemplar del Los Ángeles Times que sostenía en sus manos cayó sobre la alfombra de la muy bien iluminada estancia. Virginia, esbelta modelo y amante de “Bugsy” gritó espantada. El francotirador, cumplido su contrato, guardó su carabina M1 del calibre .30 y desapareció para siempre. El creador el primer hotel del Strip, que vendía juego, espectáculo y un “resort” vacacional, estaba muerto. Lo habían sentenciado por creer sus asociados mafi osos del centro y este de Estados Unidos que Bugsy les había robado un millón de dólares.