DE QUÉ VA: Francia, 1885. Eugénie trabaja como cocinera para el gastrónomo Dodin Bouffant. Entre ollas de barro y viandas, nació un amor adelantado a su tiempo.
Eles un plato tradicional francés que, como casi todo cuando se trabaja entre fogones, pide tiempo, paciencia y cariño. La carne de buey, las hortalizas y las hierbas aromáticas deben cocerse durante horas. El resultado vendría a formar parte de la familia culinaria de nuestros cocidos, de nuestra escudella, de nuestros pucheros. Manjares que no entienden de prisas,con una larguísima e hipnótica escena de más de media hora, en la que la cámara se integra en una coreografía perfecta para mostrar el proceso creativo de la elaboración del plato, y de sus guarniciones, un necesario ritual marcado por la pausa, el movimiento preciso, el caldo en ebullición, el chup chup. El director de(1993) o(2010) filma al ritmo de las cocciones, las panorámicas y zooms se funden con la potencia del fuego, el movimiento del cuchillo que corta carne y verduras o ese humo que dispara el olfato de un espectador que no dejará de salivar durante todo el metraje. cuenta el cineasta francovietnamita, quien, huyendo de trucos (aquí nada está previamente elaborado, todo se cocina en vivo), se planteó el desafío de filmar un arte, explica,