a construido su carrera a base de tesón, con la convicción de que estaba hecha para actuar, pero también de que el talento era un ingrediente necesario, pero no suficiente, para triunfar. Por eso Ana Rujas (Madrid, 1989) empezó siendo modelo como una manera para poder costearse la formación de actriz, a sabiendas de que la pasión había que cincelarla para dominar una disciplina donde cuentan tanto los sentimientos como el manejo de las herramientas escénicas. Así que en cuanto ahorró lo suficiente se marchó a Nueva York a aprender un poco más del oficio, porque «quería saber cómo se trabajaba en la meca del cine, vivir aquella experiencia», dice. Y lo hizo a lo grande, de la mano de una de las mejores maestras de actores, Susan Batson. «Tenía claro desde que
CON MUCHAS TABLAS
Nov 21, 2023
5 minutos
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