CON el pelo rapado, camiseta y pantalón corto de color naranja y esposado. Así apareció Daniel Sancho (29) ante el tribunal de Koh Samui, en la vista en la que se le juzga por el asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta, del que se ha declarado “no culpable”.
Una vista que se tenía que haber celebrado el pasado 26 de octubre, pero que quedó aplazada porque Daniel solicitó un traductor del tailandés al castellano y no al inglés, que es lo que tenía. Ahora, por suerte,