SENTADO EN UNA SALA DE CONFERENCIAS CON PAREDES DE VIDRIO, A LA QUE LLAMAN 'EL ACUARIO', MARK ZUCKERBERG ENUMERA UN ANÁLISIS DE COSTES Y BENEFICIOS SOBRE UNO DE SUS TEMAS PREFERIDOS ÚLTIMAMENTE: LAS ARTES MARCIALES MIXTAMIXTAS
Hoy se centra en los golpes que impactan en la cabeza, frente a los que van al cuerpo. “Recibir un golpe en la cara no duele tanto”, afirma. “Aunque puede provocarte daño cerebral”. La increíble pelea cuerpo a cuerpo que iba a enfrentarle con Elon Musk (el denominado ‘combate de los multimillonarios’, finalmente cancelada) volvió a poner a Zuckerberg en el zeitgeist de la estupidez humana, pero también le sirvió como excelente catapulta publicitaria.
Durante gran parte de su carrera, Zuckerberg ha socavado sus monumentales logros vadeando una ciénaga de errores y escándalos varios. Para algunos, enfrentarse a Musk le dio la oportunidad de presentarse ante el mundo como un héroe, en oposición a ese villano petulante y antipático que es el CEO de Tesla. ¿Su objetivo? Demostrar que aquel adolescente con acné que ejercía de consejero delegado de Facebook se ha convertido hoy en día en un alto estadista gracias a Meta, la compañía que aspira a cambiar nuestra forma de relacionarnos con el mundo. “Lo que determina tu destino no es competir”, explica. “Sino cómo compites”.
La reflexión es oportuna. Zuckerberg cumplirá 40 años en mayo de 2024, con una fortuna estimada en 106.000 millones de dólares en), un capital suficiente como para tener el máximo impacto de transformación al mando de una de las empresas más poderosas del planeta (sobre la que él tiene un control casi total).
