Dábamos por hecho que se produciría tarde o temprano, pero la adquisición de Activision Blizzard King por parte de Microsoft ha sido uno de los culebrones más pesados de la historia del, y por la friolera de 68.700 millones de dólares, una auténtica salvajada si se compara con los 7.500 millones que ella misma había pagado por Bethesda sólo año y medio antes. Sin embargo, esta vez, entraron en escena, con bastante virulencia, los organismos reguladores de la competencia, especialmente los de Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido, dispuestos a echar abajo el acuerdo por sus riesgos monopolísticos. En realidad, las reticencias no eran tanto por la potencial exclusividad de las sagas de la compañía en Xbox (de hecho, se ha prometido que la más relevante de todas, , seguirá siendo multiplataforma e, incluso, llegará a consolas de Nintendo), sino por el incipiente mercado del streaming y los juegos en la nube, llamado a ser esencial en el medio y el largo plazo, pese al fracaso que se marcó Google con Stadia. Al final, Microsoft ha esquivado ese obstáculo cediéndole a Ubisoft parte del pastel y los reguladores han dado su brazo a torcer.
El cuento de nunca acabar toca a su fin y Activision Blizzard ya es de Microsoft
Oct 27, 2023
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