Pero si la audiencia recuerda con fuerza una película del director británico, esa es sin duda Gladiator. Una película que, si repasamos su rodaje, nunca debió suceder, pero que acabó siendo uno de los mayores éxitos de la carrera de su director y su protagonista, Russell Crowe, con cinco Oscar de la Academia, incluyendo mejor película y mejor actor protagonista, y más de 503 millones de dólares recaudados en todo el mundo, 187,7 de ellos en Norteamérica, devolviendo además el interés en Hollywood por el cine de “romanos” durante un tiempo, cuando todo estudio intentaba sacar adelante su Gladiator particular, sin que la mayoría de ellos lo consiguiesen en realidad.
Con un presupuesto de 103 millones de dólares, fue una pesadilla a la hora de convertirse en realidad, debido a múltiples problemas en la producción. El primero