asta la fecha se han registrado en el mundo más de 1000 ocasiones en que la caída de un meteorito a la superficie terrestre ha sido apreciada por testigos. El número de hallazgos de piedras procedentes del espacio exterior es mucho mayor, ascendiendo a unos 31 000, con un tamaño que varía entre pocos milímetros hasta decenas de metros. Dada la enorme energía cinética que acumulan en el momento del choque, muchas veces el meteoroide se volatiliza sin dejar rastro, salvo el cráter de impacto. De estos han sido inventariados unos centenares de ese presunto origen, entre los cuales cerca de 170 lo son con mucha probabilidad. El más conocido es el Cráter Barringer, en Arizona, así llamado porque fue el geólogo Daniel Barringer el primero en sugerir, en 1903, que aquella singular
