RETRATO DE UNA QUIMERA
Cuando pensamos en la imagen estereotipada de un historiador, enseguida nos aparece alguien más o menos aburrido. Joven, atractivo y carismático, Edward Shawcross es justo lo contrario: en el primer encuentro en directo, parece más un actor que un profesor. Sin embargo, este británico ha debutado en el mundo de las biografías con El último emperador de México (Ático de los Libros), un apasionante estudio de cómo el archiduque Maximiliano, hermano del emperador Francisco José de Austria, intentó reinar sobre un país que nada tenía que ver con el suyo. Su intento estaba destinado al fracaso desde el principio, a falta de apoyo popular, pero él se empeñó en ver solo lo que quería ver.
hawcross, como tantos anglosajones, es un artista de la pluma. No solo logra mantener la tensión narrativa durante todo el relato, sino que disecciona a la perfección la psicología de los personajes mientras tiene muy en cuenta el contexto internacional. La aventura de Maximiliano fue posible porque Estados Unidos se hallaba en medio de una guerra civil. De otra forma, Napoleón III no se hubiera atrevido a