Las joyas de este imperio sobrevivieron a los 18 zares de la dinastía, pero… no todas sobrevivieron a la revolución de octubre. Desde tiaras y coronas, pasando por gemas legendarias, hasta los icónicos huevos de Fabergé. No sólo la historia de las piezas es cautiva-dora, también la de quienes las usaron. Fabergé. No sólo la historia de las piezas es cautivadora, también la de quienes las usaron.
Lo cierto es que muchas de ellas se perdieron en la trágica noche del 16 de julio de 1918, cuando Nicolás II y su familia murieron en el sótano de la casa Ipatiev, en Ekaterimburgo. Sus ejecutores contaron que las piedras que llevaban cosidas a sus corsés las hijas del Zar, las salvaron de las balas, por lo que tuvieron que liquidarlas con las bayonetas, para cumplir con la orden de exterminar a toda la familia. Otros tesoros se fueron con sus dueños al exilio