Gonzalo Fernández de Córdoba y Enríquez de Aguilar nació en el castillo de Montilla el 1 de septiembre de 1453. Segundón de una familia noble originaria de la provincia de Córdoba, siendo niño fue paje al servicio del príncipe Alfonso de Castilla, el hermano de la que sería Isabel la Católica. Gonzalo fue compañero de juegos y aventuras de su señor, mientras recibía la educación reservada a los príncipes. Durante los años de infancia y adolescencia aprendió a escribir y gramática mientras se forjaba su carácter como cortesano hábil en el ejercicio de las armas.
UN VASALLO EJEMPLAR
Con el ascenso al trono de los Reyes Católicos, al joven Gonzalo se le presentó la oportunidad de demostrar su valía como soldado. Una de las primeras acciones de la Guerra de Granada de la que se tiene constancia de su participación fue la toma Íllora. Después de un intenso bombardeo de la artillería cristiana, el 9 de junio de 1486 Gonzalo dirigió el ataque contra el castillo que defendía la localidad. Tras la victoria cristiana, fue el propio rey Fernando el que quiso que fuera él quien recibiera la fortaleza de manos de Ibrahim Aliatar, el caudillo musulmán que la había defendido.
En el avance imparable del ejército de los Reyes Católicos, las huestes cristianas llegaron ante los muros del castillo de Montefrío, elevado sobre un peñasco de apariencia inexpugnable. Ante las dudas de los hombres bajo su mando, Gonzalo dio ejemplo y fue el primero en subir por la escala de asalto.