on 81 años y una nueva novela que verá la luz el 4 de octubre (, Ed. Tusquets), John Irving se siente un escritor afortunado. "En mi mente tengo más novelas esperando de las que probablemente me dará tiempo a escribir", nos cuenta este autor de numerosos y guionista de , que le valió un Empecé en diciembre de 2016. Me llevó seis años hacerlo, pero no es el tiempo más largo que he dedicado a escribir una novela porque hablo desde mi propia experiencia. Crecí esquiando y he vivido en ciudades de esquí. Mis novelas cortas que requerían años de investigación me han llevado más tiempo. No, comienzo muchas de mis novelas con elementos familiares y autobiográficos, una base en la vida real. Pero la historia y los personajes rápidamente se vuelven ficticios. Mi propia autobiografía no me interesa. Las historias inventadas son mejores que las verdaderas, o deberían serlo. Tenía 15 años cuando leí , la novela de Dickens que me hizo querer ser novelista. Quería conmover emocionalmente a los lectores, más que persuadirlos intelectualmente; eso es muy dickensiano. No leí de Melville hasta los 17 años. Es la novela que me mostró cómo terminar una novela. Dickens no siempre fue bueno para los finales, pero es imposible leer y no darte cuenta de que Melville sabía todo sobre el final cuando comenzó. El mensaje para mí fue claro: sepa a dónde va antes de comenzar. Dickens fue mi guía emocional; Melville, la de cómo hacerlo. El no haber conocido a mi padre biológico cuando tuve la edad suficiente para recordarlo fue una de las pocas cosas interesantes (atípicas) de mi infancia. No me ocultaron nada: nací con su nombre: John Wallace Blunt, Jr. Me mostraron fotografías de mi padre soldado sosteniéndome cuando era un bebé. Pero mi mamá se volvió a casar cuando yo tenía seis años y mi padrastro me adoptó legalmente. Me convertí en John Winslow Irving. Me encantó el cambio de nombre, porque amaba a mi padrastro, un padre maravilloso y el único que conocía. Más tarde, pude haber conocido a mi padre biológico, pero no quería herir los sentimientos de mi padrastro. Mi propia madre fue la principal protagonista de mi vida; era una mujer fuerte y una madre amorosa. La admiraba y la amaba. Era feminista y defensora de los derechos de la mujer y del aborto, antes de que existiera el derecho al aborto. Ella me sirvió como modelo de independencia y defensa política. Crecí en Nueva Inglaterra, de donde venían los peregrinos puritanos ingleses. Ellos creían que era decisión de la mujer tener un bebé o abortar. En la época de los puritanos, el aborto estaba permitido. La sociedad estadounidense actual está más atrasada que entonces, y no solo en el derecho al aborto.
