Entrevista a Walter Riso
Tu nueva novela «Pizzería Vesubio » es un regreso a tus orígenes, puesto que naciste en Nápoles. ¿Qué recuerdas de tu época de niño allí?
Para ser sincero, de Nápoles no recuerdo apenas nada, era demasiado pequeño. Se podría decir que en realidad conocí Nápoles de forma oral siendo adolescente. Antes había vivido en un gueto napolitano. Eso sí que lo recuerdo. Todos los que vivían allí se pasaban el día hablando de Nápoles. No hablé español hasta los seis años y llegué a la escuela sin hablar italiano porque en el gueto hablaban siempre en napolitano. Puedo recordar la remembranza y la nostalgia con la que hablaban de Nápoles, todas las historias de tiempos pasados: la Segunda Guerra Mundial, los recuerdos de cuándo habían ido al frente en Rusia y de cómo volvieron de allí.
¿Cómo consigue un niño humilde de familia napolitana llegar a doctorarse en Psicología?
Lejos de lo que pueda parecer, antes de estudiar Psicología estudié tres años de ingeniería electrónica. Trabajaba mientras estudiaba. Pero aquella carrera no me gustó y, acto seguido, me hice hippie, por decirlo de alguna manera, y me fui a recorrer Sudamérica. Llegué a San Luis, donde tenía unos parientes lejanos que no quisieron alojarme. En ese momento decidí acercarme a la universidad para informarme de las carreras de humanidades y elegí cursar Psicología. Más tarde, me enteré de que es la mejor facultad de Psicología que hay en Argentina. Recuerdo que en aquella época había muchas mujeres que estudiaban esa carrera, solo éramos tres hombres.
En aquella época también me metí en política. Curiosamente, el día
