Por qué ciertas personas son más eficientes y productivas por la mañana que por las tardes? ¿Qué explica que les atraigan más cierto tipo de individuos? ¿Qué determina que simpaticen con partidos políticos de derecha o de izquierda? ¿O por qué unas odian las verduras y otras no soportan la carne? Durante mucho tiempo disciplinas como la psicología, la antropología e incluso la economía han intentado dar una respuesta a todo ello.
Hasta hace relativamente poco tiempo habríamos respondido que depende de la personalidad, el entorno y, por supuesto, el libre albedrío que nos permiten elegir lo que queremos o lo que nos gusta. Y todo ello es cierto, solo que no todas nuestras preferencias son fruto de nuestra elección, sino que vienen determinadas por nuestros propios genes, por el ADN de cada uno de nosotros. Ahora es el campo de la biología molecular y celular el que parece estar más próximo a brindarnos respuestas definitivas; así, el área de la genética ofrece mayores posibilidades para conocernos a nosotros mismos.
En 2019 Bill Sullivan explicaba cómo nuestros genes, gérmenes y entorno pueden influir en la comida que nos gusta, pero también en nuestras preferencias sentimentales e incluso tendencias políticas. Este profesor de farmacología y microbiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana, en EE.UU., estudia las enfermedades infecciosas y la genética. Sullivan reveló durante una entrevista: «La epigenética es la nueva frontera de la información hereditaria. La palabra literalmente significa "más allá del gen". No estamos hablando de cambios en la secuencia genética como lo son las mutaciones, sino de modificaciones químicas al propio