De pronto, alguien te desplaza de la fila para subir al colectivo o, súbitamente, te insultan en la calle.
Vos te ponés colorado, bajás la cabeza y seguís caminando hasta llegar a tu casa donde comenzás a lamentar no haberle cantado cuatro frescas a esa persona desconsiderada que bien merecido tenía, pasar un poco de vergüenza.
Es muy probable que en esos momentos vos te plantees si estas conductas son consecuencia de falta de carácter por parte tuya o del síndrome de la inhibición.
Si la respuesta encuadra con esta última hipótesis y vos no hacés nada al respecto, quedarás expuesto a que