Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), España es una potencia eólica global. Con 27,5 gigavatios, somos el quinto país del mundo y el segundo de Europa con mayor potencia instalada de esta tecnología en tierra firme. Además, el sector tiene el respaldo de una industria y unas capacidades tecnológicas y de ingeniería que nos sitúan como un referente mundial en la instalación de aerogeneradores marinos, los modernos molinos de viento. Tras la experiencia adquirida durante muchos años a través de su participación en la construcción de parques eólicos en aguas de otros países, nuestras empresas se disponen a abordar una nueva tecnología para aplicar sus conocimientos en España.
La energía eólica marina que se conocía hasta ahora solo era viable en mares de poca profundidad, puesto que hay que fijarla al lecho marino, mientras que el grueso de las aguas que bañan los casi 8000 kilómetros de costas españolas supera los cincuenta metros de profundidad, el máximo que permiten estas soluciones para ser viables.
De ahí que el desarrollo de la energía eólica marina flotante sea tan importante para España, donde el gobierno ya ha reservado 5000 kilómetros cuadrados —el 0,46 % de las aguas nacionales— para este tipo de instalaciones. A la espera de que se ponga en marcha la primera subasta para la adjudicación de licencias,