Pese a que ocupa, aproximadamente, un tercio de nuestra vida, el sueño sigue siendo en buena parte desconocido. Prácticamente desde el principio de la historia de la humanidad, el sueño ha ocupado el pensamiento de filósofos, eruditos, artistas, científicos o escritores, tratando de conocer o adivinar qué es lo que ocurre en nuestro cuerpo y, especialmente, en el cerebro, mientras dormimos.
Pese a todo este interés, no fue hasta la segunda mitad del siglo XX cuando se empezó estudiar el proceso del sueño gracias, entre otras cosas, a los avances en los diferentes aparatos y sistemas de medición que han permitido asomarse, de alguna manera, al interior del cerebro y del sistema neurológico. «Hace muchos años», explica el Dr. Jorge Gómez Corral, de la Unidad de Trastornos del Sueño del Hospital Nuestra Sra. del Rosario, «se pensaba que, al dormir, el cerebro permanecía en un estado de reposo casi absoluto. Ahora, gracias a los estudios encefalográficos, prosigue el Dr. Gómez Corral, «sabemos que, mientras dormimos, hay periodos de una gran actividad cerebral».
El proceso es tan complejo que no existe una definición clara y concreta de lo que ocurre en nuestro cuerpo mientras duerme. La Dra. Elena Urrestarazu, especialista de la Unidad del Sueño de la Clínica Universidad de Navarra, define el sueño como «un estado fisiológico de descanso físico durante el cual se produce una gran cantidad de actividad cerebral y ocular», advirtiendo que se trata de una definición muy parcial, pues se están dejando fuera algunos