SUCESIÓN
La anticipada y atropellada separación de Claudia Sheinbaum Pardo de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México para seguir sus aspiraciones presidenciales, deja más pendientes y críticas de los capitalinos que reconocimientos del trabajo hecho en una de las ciudades más grandes del mundo.
Hasta el último día de su sexenio –de 4.5 años–, el jueves 15, la morenista recibió reclamos de víctimas del colapso de la Línea 12 del Metro y dos días antes, el martes 13, otro “error humano” en la Línea 9 le recordó que deja el cargo con un Sistema de Transporte Colectivo (STC) que se cae a pedazos; entre otros pendientes.
Fundadora de la organización civil Ruta Cívica, Mónica Tapia Álvarez evalúa las promesas que Sheinbaum Pardo dejó incumplidas. En primer lugar, menciona la aprobación del Plan General de Desarrollo (PGD) y del Programa General de Or denamiento Territorial (PGOT), los cuales debieron estar listos desde 2019 por orden constitucional y para fijar el destino de la capital en los siguientes 20 años.
Sin embargo, apenas la semana pasada, el jueves 8, Sheinbaum envió los proyectos al Congreso de la ciudad para su discusión. Peor aún, los mandó plagados de irregularidades, incongruenciasdesde entonces, anunciaron la posibilidad de solicitar amparos para frenarlos.