Entrada la madrugada, la Plaza de Chueca de Madrid nunca ha estado más concurrida. Los amantes de la noche pasean en la ajetreada e Iluminada plaza: jóvenes, viejos, tacones altos, sandalias, camisas recién planchadas y mucha piel desnuda. Este es el corazón efervescente y palpitante del distrito gay de la capital española - un parque de juegos, una sala de estar, lo que quieras que sea - y el aire cálido vibra con el sonido de las voces. Pero no solo se escucha español, también inglés, gaélico irlandés, alemán, italiano y un toque de portugués brasileño.
"Creo que viajar está en nuestro ADN", dice John Tanzella, presidente de la Asociación Internacional de Viajes LGBTQ+ (IGLTA). "La naturaleza misma de ser LGBTQ+ significa que hay una mentalidad abierta y un deseo de ver el mundo".
Hay pocos lugares mejores que Madrid para ver esa mentalidad abierta en acción. Las leyes progresistas y las actitudes mayoritariamente liberales en España la han convertido en un paraíso seguro para los viajeros LGBTQ+, que desde hace mucho acuden en masa a las ciudades, costas e islas del país. "Esta es una comunidad leal a la que le encanta viajar varias veces al año y que sabe gastar. De repente, está claro por qué las empresas quieren comunicarse con nosotros", Indica Tanzella.