La danza forma parte de un aprendizaje lúdico que nunca debe ser obligado. A través del movimiento, el cuerpo manifiesta su esencia íntima y en comunicación con su entorno puede hallar su propia expresión artística. De ello se desprenden muchos beneficios (ver recuadro).
• A través del baile se expresa la belleza, pero también los miedos, la rabia, la angustia y el dolor. Cada uno de esos estados son personajes que viven dentro del cuerpo de cada persona–de cualquier edad– y que pugnan por salir con la misma intensidad con que muchas veces son reprimidos, por temor a reconocerlos como propios.