Los historiadores romanos llamaron a los godos y otros pueblos germánicos bárbaros, palabra proveniente del griego que significaba «balbuceante» y se aplicaba despectivamente a los extranjeros (al no entenderse su lengua se les consideraba incultos, inferiores y salvajes). Pero, entre los reyes godos, hubo auténticos sabios que dejaron un legado de buen gobierno, del cual todavía hoy podemos encontrar trazas.
El siglo vi será el propicio para que brillen estos reyes sabios. Porque entonces es cuando los soberanos se dan cuenta de la necesidad de fortalecer su propio poder para consolidar el Estado, frente a los intereses particulares de los nobles. Teudis, que reinó entre 531 y 548, fue uno de los primeros en adoptar una serie de acciones de gobierno decididas para crear un Estado más eficaz. Eliminó figuras como la del Prefecto de las Españas, que mediatizaba su dominio sobre el reino, y mejoró la legislación para intentar acabar con plagas como la corrupción judicial (era frecuente el soborno de los magistrados por alguna de las partes en los juicios). Leyes como esta avanzaban también en intentar romper la fuerte división social que existía entre hispanorromanos y godos. Una frase del texto es especialmente significativa: «Se aplicará a todos los provinciales [hispanorromanos] y a todos nuestros pueblos [las