SEGURIDAD
Afinales de 2022, en el negocio de “Jorge” –como pidió ser identificado por temor a las amenazas recibidas– comenzó a sonar el teléfono con una voz que advertía: “si no quieres problemas, vas a tener que pagarnos 16 mil pesos a la semana”.
Nueve meses atrás, invirtió todos sus ahorros de años en la compra de mercancía que, pensó, le rendiría frutos en una de las alcaldías del sur de la Ciudad de México que, hasta hace poco, era de las más tranquilas y seguras de la capital. Las primeras llamadas las ignoró. Un día, dos sujetos armados llegaron al mostrador de la tienda con pistola en mano. Con majaderías, le confirmaron que el “cobro de piso” no era broma y le advirtieron que si quería seguir con su negocio abierto, debía pagar. Peor aún, le advirtieron que ya les debía lo correspondiente al tiempo que llevaba funcionando.
Jorge no lo pensó: sacó la mercancía del local, se disculpó con sus tres empleados, todos con familia