ESPECTÁCULOS
Al grito de “Bohemios del mundo, ¡uníos!”, el compositor e intérprete Rodrigo de la Cadena, bautizado como El último bohemio por Armando Manzanero, celebra dos décadas de carrera musical en sendos conciertos por el país: con su orquesta y el cuarteto de los hermanos Miranda, así como al lado de sus contemporáneos Jorge Coque Muñiz y Carlos Cuevas.
Más que exultación jocosa, aquella frase de origen marxista con la que comienza sus programas televisivos los viernes por Canal 22, Noche, boleros y son, representa el lema genuino de este artista mexicano, quien a sus 35 años funge como el eslabón primordial entre la generación de los abuelos románticos (“octogeniales”, los llama) y la milénica del cambio de siglo.
“No todo es la ” –dice en alusión al álbum de reguetón “alternativo” de la española Rosalía–. Esta música centenaria del bolero está tan bien hecha que abunda en temas que forman parte esencial de nuestra historia y cultura, son canciones comparables a personajes cuyo ejemplo ha trascendido la prueba del añejo. Con estos materiales de antaño cualquiera puede hacer lo suyo, por tratarse de recursos muy dúctiles y fáciles de transformar