Pérdida de biodiversidad, agotamiento de recursos, deforestación, contaminación, desigualdad… No es que el planeta haya entrado en crisis sino en una auténtica emergencia debido al cambio climático. Y sí, somos cada vez más conscientes. Así lo reflejó una macroencuesta de las Naciones Unidas, donde el 64% de las entrevistadas llamaba, además, a la acción porque… no hay plan B: el planeta Tierra es el único hogar posible.
¿QUÉ PUEDES HACER?
Es evidente que la solución pasa por nuestras manos, impulsando primero un estilo de vida más limpio, ecológico y sostenible. Pero además, como señala Nuria Sánchez, responsable de proyectos de ciudadaníaa empresas y gobiernos» para revertir la situación. De ahí la importancia del voluntariado medioambiental, que busca «generar un impacto beneficioso para el medio y para el resto de los seres que lo habitan o se nutren de ese ecosistema», prosigue Sánchez. Y si te estás planteando ayudar, esta experta dice que, además de «conciencia y empatía, deberás pensar si te enfocas hacia labores de campo–como reforestación o limpieza de playas– o hacia la sensibilización, la educación, la planificación o el diseño de estrategias». Aunque… ¿por qué no ambas opciones?