Se cuelan en la oficina y no siempre son fáciles de identificar, pero mucho ojo, pueden hacértelas pasar canutas. Y encima le salen caros a la empresa. Según un estudio de la Escuela de Negocios de Harvard, un empleado tóxico es más productivo que el resto en términos cuantitativos, pero a la larga le cuesta a la compañía algo más de 12.000 euros extras al año. El informe afirma que estos perfiles suelen conseguir buenos resultados, pero sus malas artes generan tales fisuras que hacen peligrar la cultura de la empresa. Además, puede producirse un efecto contagio, creando una epidemia de toxicidad peligrosa para el rendimiento del equipo. Carolina Rodríguez Montes, psicóloga y experta en coaching laboral, tiene las claves para identificarlos y neutralizarlos. Toma nota.
El estrellita
Le reconocerás porque es el prota de toda la vida, un buscador