JUNTO CON MESOAMÉRICA, LA REGIÓN ANDINA –QUE INTEGRA PERÚ Y BOLIVIA– CONSTITUYE UNO DE LOS PRINCIPALES FOCOS CIVILIZATORIOS DE LAS LLAMADAS “CULTURAS PRECOLOMBINAS” QUE SURGIERON EN AMÉRICA. Cuando, en el primer tercio del siglo XVI, los españoles desembarcaron en el Antiguo Perú, encontraron una región gobernada por los Incas, cuyo imperio se había extendido alcanzando países actuales como Argentina, Chile, Brasil, Colombia y Ecuador.
Sin embargo, mucho antes de que emergiera el Imperio inca sometiendo al resto de pueblos andinos –de la misma manera que lo hizo Roma en Europa–, hubo civilizaciones que se desarrollaron en el Antiguo Perú y que, por la ausencia de fuentes escritas, continúan constituyendo un verdadero enigma para los arqueólogos. Son las denominadas culturas preincaicas, cuyos yacimientos son continuo objeto de hallazgos que, en los últimos treinta años, han modificado completamente la cronología de la historia (léase prehistoria, al no existir fuentes escritas) del Nuevo Mundo.
El descubrimiento, en la década de 1990, del yacimiento Caral, en la costa centro a unos 40 kilómetros de Lima o las recientes dataciones del complejo Sechín, ha significado un cambio en la cronología, retrotrayendo la formación de las primeras sociedades civilizatorias andinas hasta casi el 3700 a.C. aproximadamente. Puede decirse que Caral y Cerro Sechín (3500 a.C.), junto a Chavín de Huantar (1500 a.C.), constituirían las “culturas madre” que inspirarían los principales elementos iconográficos que, en los siguientes siglos, aparecen representados en la complejísima imaginería preincaica. En los siguientes siglos, Nazca, Tiahuanaco, Moche y Chimú terminaron por configurar el universo de culturas que anticiparon la formación del Imperio inca…
SECHÍN: ¿EL TEMPLO MÁS ANTIGUO DE PERÚ?
En la provincia de Casma, en la costa norte de Perú (370 kilómetros de Lima) se erige el Templo del Cerro Sechín: un amurallado rectangular integrado porcomo Sechín Bajo, situado en sus cercanías, remontaría sus orígenes hacia el 3500-3600 a.C., convirtiéndola en el yacimiento arqueológico más antiguo de Perú, junto con Caral.