A videz de tragedia costó 265 millones de dólares y recaudó 769 millones en esa misma moneda, convirtiéndose en una de las pioneras en el trepidante mundo de la alta velocidad aplicado a las fábulas de la pantalla grande. Curiosamente, se basaba en una obra de teatro, The Barker: A Play of Carnival Life, de Kenyon Nicholson, y se convirtió en un documental por sí misma al incorporar en su metraje secuencias filmadas en el circuito de carreras del Nutley Velodrome, en Nueva Jersey, ya clausurado. Se rodó una versión paralela en francés con Jean Gabin interpreatando el papel de Cagney y el título de La foule hurle.
Ejemplo de cine negro mezclado con wéstern, Camino de odio utiliza el tráfico de alcohol ilegal por carretera con coches convenientemente trucados, asunto real que cobra mayor verosimilitud en pantalla por el hecho de contar para el rodaje con automóviles realmente empleados en ese negocio que los fabricantes de alcohol ilegal de Asheville, Carolina del Norte, en Estados Unidos, vendieron a la productora de este largometraje precisamente para invertir en coches más modernos y rápidos y seguir con su negocio.
Doce millones de presupuesto permitieron a Blake Edwards elaborar una fusión de comedia y aventuras con automóviles de principios del siglo XX en una producción que en el momento de su filmación contó con un presupuesto bastante aseado, doce millones de dólares, y recaudó en la taquilla algo más del doble de esa cifra. No obstante, La carrera del siglo sembró el pánico en los productores porque su presupuesto se fue incrementando por encima de lo previsto hasta llegar a convertirla en una de las películas más caras de su momento y con una duración que echaba para atrás, 160 minutos, algo que hoy, con los metrajes exagerados del cine de nuestros días, no nos habría extrañado tanto. La versión del director de Fast and Furious 9 se va a 150 minutos, por poner un ejemplo temáticamente cercano al que aquí nos ocupa.
Coche doméstico, normalito, para ir tirando, enfrentado a camión gigantesco y siniestro, un antecedente de y galería de los códigos de lenguaje más habituales de la panoplia de su célebre director.