En alguna ocasión tratamos el subgénero del heist, es decir, películas de grandes robos y cómo se llevaban a cabo. Parte esencial de las heist movies es establecer una empatia entre el público y los malhechores; de esta manera, la audiencia estará a su favor. Pero en los filmes de robos fallidos, pocas veces esta empatia existe y, si la hay, suele ser muy retorcida. Además, hay que afrontar que un elaborado robo como el de Ocean's Eleven no suele salir bien, a menos que se utilice la magia de la imaginación. Por lo tanto, los filmes de robos fallidos suelen ser más realistas y, en ocasiones, incluso están basados en casos de la vida real.
Un crimen “realista”
Aunque al (1996), de los hermanos Joel y Ethan Coen, hay una leyenda que dice estar basada en hechos reales, no es así. Todo el guión es manufactura de los directores, pero lo que sucede en la película parece ser justo lo que pasaría en la vida real con un plan de ese tipo. Jerry Lundegaard (William H. Macy) es un vendedor de autos que trabaja en el lote propiedad de su suegro. Para salir del bache económico en que se encuentra, Jerry necesita 40 mil dólares para montar un estacionamiento. Su suegro nunca le dará el dinero, por lo que Jerry contrata a dos criminales de poca monta para que secuestren a su propia esposa y pidan 80 mil de recompensa; de esta manera ambas partes se llevarán 40 mil. El plan es perfecto, pero lo que sigue es tan inverosímil que está plagado de humor negro: los dos maleantes, interpretados por Steve Buscemi y Peter Stormare, cometen una serie de equivocaciones que van dejando un camino regado de cadáveres que llegará tarde o temprano a Jerry. Todo ello investigado por la bonachona y embarazada sheriff del condado (Francés McDormand).
