Movido por la inquebrantable convicción de que “la música es el arma del futuro”, Fela Anikulapo-Kuti (1938-1997) hizo vibrar sus poderosas creaciones mucho más allá de Nigeria. Por todas partes, de, apelativo que no alcanza a expresar toda su energía sexual, cívica y política. Su recorrido es inseparable de su activismo ciudadano, democrático, utópico. El emblemático club Afrika Shrine le ofrecería el marco (un marco salvaje) ideal para sus conciertos, mezcla de ceremonias espirituales, eventos locos y mitines políticos. Pagaría con muchas estadías en la cárcel su libertad de expresión. La riqueza del montaje de la exposición que en estos días le rinde tributo en la Filarmónica de París evoca la exuberancia de una existencia que contuvo otras muchas, y destaca tanto su genio musical y su coraje cívico como su sentido del estilo vestimentario, con sublimes prendas diseñadas por Henry Atem.
