Cuando leí la denuncia de que en el libro sobre los 50 años del Festival Internacional Cervantino el Gobierno del Estado de Gua najuato había dejado fuera los créditos de los fotógrafos (El Universal, 18 de marzo), la primera impresión fue de sorpresa ante la indiferencia a sus autores.
Como autora, el sentimiento primigenio es el de indignación.
No hay justifi cación válida para tal irresponsabilidad. Ni legal, ni moral, ni económica. Un libro que, por supuesto, agrega valor