EFECTO SATINADO
La tendencia glaseada llega a las prendas haciendo del satén el tejido de la temporada.
uentan los más ancianos que hubo una época en la que las de belleza apostaban con su Flawless Filter y todavía más para que Hailey Baldwin cambiara de apellido y se convirtiera en un icono a nivel mundial. Desde entonces hace las veces de rey Midas. El aspecto de su piel, glaseada cual dónut, se ha convertido en el sueño erótico de muchas personas y ese concepto se ha extrapolado a manicuras, como la que la modelo, emprendedora y un largo etcétera lució en la pasada Gala MET, que se viralizó, por supuesto. Está claro que nos gusta todo aquello que irradie vitalidad, que nos haga parecer etéreas, consiguiendo que cada día estemos un pasito más cerca de formar parte del escuadrón de personajes más icónicos de Disney: las musas de Hércules. La tendencia del tejido satinado no es más que otro paso para llegar al destino: largas faldas que consiguen hacer que levitemos, en lugar de caminar, y que podemos combinar con cárdigans en los días más frescos de la primavera. Vestidos y cortos que se pegan al cuerpo con el aumento de las temperaturas y que invitan a adivinar lo que esconde la tela. Escotes que caen como una cascada y que combinan con zapatos y confeccionados con el mismo satén. Un tejido que propone alternativas para el día a día, al combinarlo con zapatillas, bailarinas, también de vuelta, y cazadoras vaqueras o gabardinas, pero que se viste de noche en eventos de alfombra roja y etiqueta, como nos dejaron claro tantas veces Kate Moss o Gwyneth Paltrow en la década de los 90.