El corcho se hincha al contacto con el vino, y la botella queda herméticamente cerrada para que no penetre el aire ni las bacterias. Es el material ideal para el taponado por su elasticidad, longevidad, impermeabilidad, ya que resiste cualquier presión, es el material flexible que menos influye en el sabor del vino (aunque a veces puede ser el causante de sabores y aromas no deseados, como es el sabor a corcho).
Para la buena conservación del vino en botella es necesario que el corcho se conserve húmedo, alrededor del 60%-70% de humedad relativa, para que no se reseque y mantenga así sus cualidades aislantes.
Un poco de historia
Se tiene conocimiento del uso del corcho como taponado para la conservación del vino desde el imperio romano. Estos eran grandes conocedores del vino, de sus secretos y de sus efectos afrodisíacos y embriagadores. Utilizaban para tapar las ánforas un trozo de corteza de alcornoque envuelto en brea o resina. Hasta ese momento los griegos se habían limitado a extender sobre la superficie del vino que conservaban en ánforas, una copa de aceite que lo protegía el vino de la oxidación.
Tras la caída del imperio romano no se tienen documentos de la utilización del alcornoque, tan sólo sabemos que utilizaban cilindros de madera rodeados de esparto o cáñamo empapado en aceite como tapones.
En el siglo XVII, Don , un monje encargado de la gestión de la bodega en la abadía benedictina de , situada en la Champagne francesa, comenzó a hacer experimentoscorcho, que entonces era cónico, y no cilindrico como ahora, ya que su taponado era manual.